Aporía de Basilio

Del otro lado del andén hay una luz que espera,
yo la miro cada tanto y me sonríe
como quien recién me reconoce.

Del otro lado del café hay una luz que me acompaña,
yo la miro sin parar y me rutila
vacilante de nostalgias y utopías.

Del otro lado de mis labios hay una luz que me acaricia,
yo le devuelvo incandescente y me encandila
la claridad que me destella.

Cómo penetrar el mar sin apagarla,
cómo sostenerla lenta en el vacío,
cómo sobrevivir cuando se extingue
y escapar callado
cuando más la necesito.

Buenos Aires; 24 de julio de 2013

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