¿No me ves?
Yo soy esa bolsa negra
que deambula en el asfalto
y se adhiere a las cubiertas;
que de rueda en rueda rueda
y se aplasta
constantemente.
Me hincho como un globo y crezco
volátil como un papelito;
hasta la curva y la ráfaga
feroz me tiran al piso de nuevo,
como siempre,
me desinflo comprimido
abofeteado sin viento,
me levanto apenas
inflamado
de ojeras rotas y alcancías
insuficientes.
¿No me ves?
Yo soy esa mancha oscura
en tu pupila insomne,
ese brillo molesto de noche que enceguece,
impreso en tus córneas
como un negativo
desenfocado.
Molesto la vista enredado en la escobilla de un Corsa,
me suelto salto súbito supino
y apenas alcanzo aleteando
vendar de negro el guiño de un Mercedes;
¿No me ves?
Yo soy esa bolsa negra
enganchada como un perchero
en la puerta del 39,
y un día de estos,
saltaré a tus piernas
como una media rota
y acabaré estrangulado
entre los rayos de tu bicicleta.
¿Me ves ahora?
mirá de nuevo,
prendé las luces.
Buenos Aires; 13 de enero de 2014