A veces me levanto convertido en piedra hueca,
en un duro cascarón vacío
que no encuentra la fuerza necesaria
para la fragua o el derrumbe.
A veces me levanto convertido en un concepto amorfo,
en un sonido grave gutural seco
que no transmite frecuencias
ni registra decibelios a la mínima distancia.
A veces me levanto convertido en pasado,
en antología de la nada de otro tiempo
que no ha sido impresa en su debido momento
a pesar de la piedra manchada de tinta.
Y puedo estar inmóvil por minutos largos,
mirándome hacia adentro
con la torpeza de un recién nacido,
con la resignación de un próximo difunto.
Buenos Aires, 17 de octubre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario